la respuesta podría incluso con el más ser infinita
y sin embargo, caminando entre edificios con una ciudad a cuestas
con sus personas indefinibles,
sus árboles invisibles,
sus trabajos mal pagados
y sus diferencias en los ceros de las cuentas de los restaurantes pijos
(o en la de los coches,
o en la de los zapatos si no se tiene carné)
mirando los pequeños fragmentos que asoman desperdigados, pienso -entre tanto hormigón y abruma-
que ya cambiaron el fondo del paisaje previamente azulado como si fueran titulares que en él imprimen los transeúntes
"no sé si no soy pájaro porque no huelo el gas, o porque no huelo el gas, no soy pájaro"
"indeterminación cae sobre la población metalizada y obtusa de tantos ángulos"
o
"las dudas no se resuelven, la lluvia no se disuelve y tú no estás aquí"
el caso es que siempre queda hacia arriba y sorprendernos.
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