"encerrada en el mundo exterior", murmuro yo más alto, desayunando flakes de maíz y el titular ya nombrado sobrevolando la mesa de la cocina, en lucha entre sus realidades y la del tubo fluorescente *
y tan sólo un par de semanas más tarde:
"es viernes y 13 cuando mataron en el sur de la isla a una señora, la degollaron con un cuchillo de tamaño medio, y salieron a la calle con su cabeza, ya sin cuerpo, en una mano de otro cuerpo, aún vivo, hasta que, tras el lanzamiento inesperado de un casco por un motorista casual, desde una deportiva italiana en marcha a toda velocidad, al portador y presunto homicida, esta cayó, la cabeza, rodando por el asfalto, y allí quedó, en medio de la vía, para el momento en que llegó la policía científica, porque es ante todo una prueba, y dicen, por eso nadie se atrevió a recogerla...."
mientras, yo:
ando, en la misma mesa de la cocina bajo la misma luminaria pero con otros flakes de maíz (¿o son los mismos?) contando, en el calendario, con la inexactitud apropiada justa para convencerme de que no (¡bien, no!) estoy embarazada, pensando, casi en el mismo instante, si eso existe, en que las clínicas de maternidad y los programas de fertilidad, inutilizan, para la inmensa mayoría de la población que son los otros para mí, miembros de los clubes náuticos o de la inopia aburguesada, el sentido de las colas de espera, porque nunca llega su meta...
EL PRINCIPIO DEL FIN
T/Única
100% Acrílico
Lavar con colores similares
* - es una habitación oscura aunque sean las 10 de la mañana-
poner el fin del sufrimiento como principio del programa
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